Hay juicios que los artistas utilizan en relación con el éxito o la calidad de lo que hacen  –¿tiene buen aspecto? ¿significa algo?–. El que más a menudo me preocupa a mí, sin embargo, es –¿funcionará?–. Este juicio empieza con lo básico, por supuesto –si girarán las cosas/ se reproducirán/ se encenderán o lo que sea–  pero se plantea incluso el grado en que la obra pueda ser capaz de hacer su trabajo narrativo o metafórico en el mundo.

En su tratado De Architectura, Vitruvio estableció tres principios de la buena arquitectura –firmitas (solidez o durabilidad), utilitas (funcionalidad o utilidad) y venustas (belleza o deleite)–. Éste siempre ha sido un punto de partida útil para mí: en el pasado he hecho cosas útiles que parecen inútiles, y cosas inútiles que parecen útiles; cosas que se mueven y cosas que parecen estar en movimiento; cosas que están ahí y cosas que parece que deberían estar en otro lugar. Hice máquinas representativas de lo que imaginé en aquel tiempo como Estupidez Artificial; un libro que combina la heurística de la superación de un bloqueo creativo con un lenguaje ficcional de objetos reales, y hace unos años hipnoticé a los espectadores en una galería vacía, publicando como folleto gratuito las transcripciones de lo que «vieron».

 


«Work for Readers and Writers (Trabajo para lectores y escritores) reúne tres ideas / sistemas / tropos en torno a los cuales he construido trabajos performativos procedimentales en el pasado.

En primer lugar éste tomó como uno de sus puntos de partida la Máquina de Turing, o más específicamente ese experimento de pensamiento en el que hipotéticamente se usa una cinta de papel continua dividida en celdas. La máquina coloca su cabeza sobre una celda y «lee» el símbolo que contiene. Entonces la máquina escribe un símbolo en la celda, borra el que encuentra o realiza otra acción predeterminada -en nuestro caso, se ofrecieron opciones para leer en alto, escribir o borrar, y cada lector participante constituyó una «cabeza de lectura» y el papel frente a ellos una «celda».

En segundo lugar, nos acercamos hacia la rica historia de la Partitura Gráfica en la música experimental del siglo XX, tal como lo utilizan Penderecki, Cage, Stockhausen, Cardew y los artistas de Fluxus, entre otros. Para esta obra la puntuación gráfica se hizo más dinámica e interactiva a través del modelo procedimental de la Máquina de Turing; la partitura fue generada y alterada en un proceso de improvisación utilizando el modelo de procedimiento de lectura / escritura / borrado.

Finalmente se planteó la idea de una Lectura Coral o en Ensemble, una idea normalmente más asociada con la alfabetización en escuelas primarias o con oscuras competiciones de locución; pero que, dirigida creativamente, puede impregnar un texto recitado con una rica musicalidad.
Los participantes / ejecutantes generaron su texto para una lectura coral contrapuntística en la sesión del taller de improvisación, primero pasando la cinta de papel en blanco alrededor del grupo y probando una serie de reglas autogeneradas – la elección de lectura / escritura / borrado y otras reglas basadas en temas y cuestiones, sonoridad, ritmo y musicalidad, hasta que surgió un conjunto claro de parámetros para un texto satisfactoriamente “performativo”.

Llevé, además de la cinta de papel, un improvisado «metrónomo visual» para establecer el ritmo de los lectores -era una bombilla incandescente encendida y apagada por un microinterruptor disparado por una rueda de leva girada por un pequeño motor eléctrico -la luz se encendió y apagó en una secuencia ligeramente irregular. Los estudiantes improvisaron para el metrónomo un soporte a partir de dos sillas, algunas maderas de desecho y unas cuantas pinzas. No lo toqué en ningún momento, pero parecía una obra mía … ¿cómo era posible? Parece implicar que, en algún nivel no tenemos nosotros las ideas, las ideas nos tienen.

La forma de la performance final también fue determinada por los participantes -en un momento acordado tomaron sus posiciones, de pie en un círculo y leyeron el texto, el ritmo controlado por la luz intermitente que también proporcionó la única iluminación disponible para leer; comenzaron con una sola voz, luego dos y así sucesivamente hasta que todos hablaban, hasta que la palabra final -un grito animal inarticulado- llegó a la última persona. Dejaron la cinta donde estaba y se marcharon, completando el trabajo. Ahora es suyo tanto como mío».

 Lista de lecturas recomendadas para los participantes del taller:

http://www.classicfm.com/discover/music/graphic-scores-art-music-pictures/

https://en.wikipedia.org/wiki/Graphic_notation

https://en.wikipedia.org/wiki/Fluxus

Instrucciones Simon Lewandowski

Links

www.lewandowski.lowtech.org
www.wildpansypress.com